
Aún cuando los kilómetros son muchos desde acá a Cañete, a la distancia extiendo mis brazos de amor hacia ti, tu familia y anhelo en el Señor que seas conducido por las sendas de justicia de nuestro Señor Jesucristo. Que el Padre de las luces ilumine tu camino y marques este tiempo en que llegas a recordarnos una vez más lo maravilloso que es saber que Dios tiene en su mano toda alma viviente y que su amor es eterno para con nosotros.
Te bendigo pequeñito y amado Tomás....recuerda siempre....la sangre de Jesús es tu cobertura y su Espíritu es tu aliento de vida.